En
un mensaje que envió a un encuentro de Movimientos Populares que está teniendo
lugar en Modesto, California, Estados Unidos, el Papa volvió
hoy a denunciar con palabras fuertes al sistema económico actual, "una
gangrena que no se puede maquillar eternamente porque tarde o temprano el hedor
se siente".
Ante trabajadores informales,
cartoneros, recicladores, indígenas, obreros y dirigentes sociales de todo el
mundo -que ya tres veces invitó al Vaticano y a quienes alentó a seguir
luchando por la justicia social y las tres T (tierra, techo trabajo)-, Francisco
denunció la "estafa moral" de ignorar a los que sufren.
"Las heridas que provoca el
sistema económico que tiene al centro al dios dinero y que en ocasiones actúa
con la brutalidad de los ladrones de la parábola, han sido criminalmente
desatendidas. En la sociedad globalizada existe un estilo elegante de mirar
para otro lado que se practica recurrentemente: bajo el ropaje de lo
políticamente correcto o las modas ideológicas, se mira al que sufre sin
tocarlo, se lo televisa en directo, incluso se adopta un discurso en apariencia
tolerante y repleto de eufemismos, pero no se hace nada sistemático para sanar
las heridas sociales ni enfrentar las estructuras que dejan a tantos hermanos
tirados en el camino", acusó, en un discurso evidentemente escrito de su puño
y letra.
"Esta actitud hipócrita, tan
distinta a la del samaritano, manifiesta la ausencia de una verdadera
conversión y un verdadero compromiso con la humanidad. Se trata de una estafa
moral que, tarde o temprano, queda al descubierto, como un espejismo que se
disipa. Los heridos están ahí, son una realidad. El desempleo es real, la
violencia es real, la corrupción es real, la crisis de identidad es real, el
vaciamiento de las democracias es real", aseguró. Y fue más allá: "la
gangrena de un sistema no se puede maquillar eternamente porque tarde o
temprano el hedor se siente y, cuando ya no puede negarse, surge del mismo
poder que ha generado este estado de cosas la manipulación del miedo, la
inseguridad, la bronca, incluso la justa indignación de la gente, transfiriendo
la responsabilidad de todos los males a un 'no prójimo'". "No estoy
hablando de personas en particular, estoy hablando de un proceso social que se
desarrolla en muchas partes del mundo y entraña un grave peligro para la humanidad",
advirtió. Entre los presentes lo escuchaba el abogado argentino Juan Grabois,
referente de la Confederación de la Economía Popular y del Movimiento de
Trabajadores Excluidos (MTE), muy cercano a Jorge Bergoglio, organizador del
encuentro que hubo en noviembre pasado en el Vaticano y consultor del
Pontificio Consejo de Justicia y Paz.
En su primera visita a una
universidad de Roma -la casa de estudio Roma Tre, la más joven de esta
capital-, por la mañana, el Papa expresó conceptos parecidos al hablar de la
existencia de una "economía líquida". Al responder preguntas que le
hicieron cuatro alumnos, como ya hizo en varias oportunidades dejó de lado el
discurso que había preparado y habló desde el corazón. Recordando al sociólogo
Zygmunt Baumann y el concepto de sociedad líquida, Francisco destacó que
"la economía líquida, no concreta, crea falta de trabajo,
desocupación". Algo que induce a los jóvenes a las adicciones, al suicidio
o enrolarse a grupos terroristas "así le doy un sentido a mi vida",
dijo.
Al responder una pregunta que le hizo
Nour Essa, una joven siria que el Papa rescató de uno de los campos refugiados
de la isla de Lesbos el año pasado, el ex arzobispo de Buenos Aires volvió a
destacar la importancia de mantener las puertas abiertas a los refugiados y de
no tener miedo.
"¿Cuántas invasiones ha tenido
Europa? Europa ha sido construida por las invasiones y las oleadas migratorias.
Ha sido construida artesanalmente. Las migraciones no son un peligro sino un
desafío para crecer", aseguró. "Y lo dice uno que viene de un país
donde más del 80% son inmigrantes", agregó. Recordó asimismo que estosinmigrantes
"huyen de las guerras y del hambre" o de situaciones de explotación
por parte de los potentes. "El Mediterráneo se ha convertido en un
cementerio", lamentó asimismo, como ya había hecho en otras oportunidades.
"Nuestro mar, el Mare Nostrum, es un cementerio, lo tenemos que repetir
cada día como una oración".
La Nacion
www.miguelimigrante.blogspot.com
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